LOS TEMPERAMENTOS:
Los cuatro elementos, son la representación de fuerzas primigenias que dan vida a todo lo que existe y vinculan los aspectos psicofíSólidos Platónicossicos que componen a cualquier ser vivo en la Naturaleza. Facilitando así la comprensión de los comportamientos tipológicos que determinan las expresiones de las personalidades humanas.
Para empezar a hablar de los temperamentos es necesario recurrir a la historia, ya que han sido muchos los filósofos y eruditos los que profundizaron en esta forma de “SER innata” en cada ser humano.
El objetivo de este artículo, es que el lector pueda reconocer el Temperamento predominante en su entorno y en sí mismo, para desarrollar las estrategias de trabajo que permitan devolver tanto al paciente, como a sí mismo a la tipología de personalidad, para seguir su camino Evolutivo.
Con este objetivo presentaremos algunas de las características del Colérico, Sanguíneo, Melancólico y Flemático, a través de diferentes actividades, destacando como se relacionan entre ellos, sus formas de estudiar, comer, afrontar obstáculos, educar etc.
Empédocles, filósofo griego (495-430 a.C.) fue el primero en postular la Teoría de las cuatro raíces, la cual relaciona con las cualidades de cuatro dioses y los cuatro elementos, “Zeus es el fuego, Hera es el aire, Aïdoneus es la tierra y Nestis es el agua”. Posteriormente sería Hipócrates, quien relaciona esta teoría con los humores de donde nacen los cuatro temperamentos humanos, llegando a nuestros días como colérico, sanguíneo, melancólico, flemático.
Sabido es, que cada ser humano es único e incomparable a otro, aunque se pueden encontrar cualidades generales que nos faciliten su estudio. La tendencia temperamental con la que nace un individuo es la forma innata elegida por el Alma, como punto de partida para la construcción de una personalidad.
En nuestros anteriores escritos del Trimestral Iniciático nos centramos en la descripción de las tipologías de personalidad a través de la imagen arquetípica de Hércules. Cada uno de los trabajos de Heracles, pusieron de manifiesto una enseñanza sustentada sobre una tendencia particular que podemos vincular a uno de los cuatro elementos clásicos. En esta nueva entrega, comenzamos a describir con detalle la “raíces” como las denomino Empédocles de donde nacen todas las formas y tendencias psicoemocionales que podemos advertir en la naturaleza.
En los textos clásicos alquímicos que desembocan en el corpus de la Escuela Andalusí se explica, como también haría Bach que es por la virtud de los cuatro elementos que nacen las Doce tipologías de personalidad o cualquier construcción salina que sea evidente en el espacio tiempo. Podríamos decir entonces que cada tipología de personalidad está construida por una mezcla virtuosa proporcional a los porcentajes de cada uno de los elementos que la constituyen. Por ejemplo, la tipología Impatiens cuyo temperamento nativo está constituido por el elemento fuego y su virtud es la Fe, se fusiona con los otros tres elementos en las proporciones de: Tierra como elemento subsidiario y por lo tanto con un porcentaje inferior al Fuego pero superior al Agua y al Aire. Estos dos últimos quedaran por debajo de los umbrales de la conciencia del individuo restringiendo su comportamiento en estas dos áreas funcionales. Quedando así la tipología constituida como una individualidad con una actitud innata centrada en la Fe, complementada por la perseverancia de la Tierra y con rasgos casi inapreciables de Claridad Emocional y de Servicio, virtudes correspondientes a los elementos de Agua y Aire..
La tipología de personalidad puede hacer consciente las respuestas innatas del temperamento, lo que le permite desarrollar la creatividad en el día a día al liberarse de la obstrucción innata de su naturaleza instintiva. La limitación de las tipologías de Fuego: Impatiens, Vervain, Agrimony cuyo temperamento nativo es el colérico tenderán a la desesperanza o la pérdida de FE, por no haber podido lograr su objetivo inmediato, Impatiens, convencer a otros Vervain, o por no poder mantener sus relaciones sociales desde la Paz, Agrimony, llevándoles estos hechos a agotar su fuego que es donde sustentan su vida.
La Fe, por ejemplo, es la virtud de GORSE, elemento fuego, en el Mándala Arquetípico de la Escuela Andalusí. La Fe, siguiendo con el ejemplo, ayudará a las tipologías de Fuego, a volver a su individualidad para poder integrar la virtud de la personalidad. Recuperando la Fe, podrán expresarse desde su personalidad, Impatiens- Fe en sí mismo que le ayudará a desarrollar su virtud personal la Piedad, Vervain- Fe en un ideal que le conducirá al logro de la Tolerancia y Agrimony- Fe en la humanidad, pudiendo alcanzar así la Paz.
Extraído de El Trimestral Iniciático de La Escuela Andalusí.
http://trimestraliniciatico.wordpress.com/2013/05/18/los-temperamentos/Morfologia de los Temperamentos